Santo santuario del conocimiento Cetiano, que placer encuentro yo en aquel lugar acogedor, para comenzar el exquisito olor que tiene el ambiente debido a los libros que por siglos y siglos han estado añejándose, podría decir que es el mas puro olor a libro rancio, aprécienlo mis queridos lectores, que esos, son los olores que nunca se olvidan y persisten en la memoria hasta que el cuerpo físico muere y se convierte en alpiste para aves. Desgraciadamente para algunos (como yo), ya pusieron ejemplares nuevos hace uno o dos semestres, lo que sin duda reduce ese olor tan característico, que pena, que desdicha, pero porque hacerme caso soy solo un nostálgico.

Hay un momento en la vida de todo Cetiano en que debe de emprender una búsqueda hacia la verdad, una búsqueda en pos del conocimiento, es cuando llega el momento de sacar un libro de “La biblio”. Extremadamente sencillo dirán ustedes, cosa de estudiantes de la UdeG, pero hay que tener en cuenta que aquí los libros se ordenan de una forma singular, con una secuencia difícil de interpretar, se le conoce como secuencia al azar. Es aquí cuando el Cetiano promedio pone a prueba sus más salvajes instintos de supervivencia y astucia, ya sea para encontrar el libro prometido o para buscar un ejemplar hábil. Y como diría mi amigo del alma el Sr. Charles Darwin: (eh tenido la grandiosa oportunidad de conocerlo indirectamente, gracias wikipedia.) --En la selección natural solo sobrevive el más apto--, unas simples palabras que tienen la necesidad de entrañar siempre en su mente cuando vayan a “La Biblio”. Y la verdad no esta taaan desordenado, solo que el libro que necesitas es curiosamente el que esta fuera de su lugar.

Pero “La biblio” tiene un problema (por lo menos para nosotros los hombres), existe un efectivo distractor natural que por mas que intente concentrarme en sea cual sea la actividad que este llevando acabo simplemente yo no puedo contra el, su nombre: Alma, medidas: 85, 65, 95 o 100 aprox. (Uff… santas caderas Batman, por eso cuando voy a “La biblio” siempre termino preguntándome que diablos hago en ese lugar, y lo único que se me ocurre es: Para observar a Alma, y una renombrada frasecilla descortés que dice mas o menos asi: “Como quisiera ser pedo pa’ tronarte las nalgas”, discúlpenme chicas, como diría la santa iglesia, decir eso es justo y necesario, y si es que lo lees, espero y me perdones Alma. Por eso me resigno a buitrear, ya luego encontrare el libro con más detenimiento).Trabajo: Recibir libros, Entregar libros y demás actividades. También se encuentra el chico Peter Parker y el buen José que aunque no tengan las medidas de Alma (muy raro seria), están ahí para que la buena “Biblio” este en su mejor figura y disposición. (Y ya tenemos a un nuevo miembro en el equipo: La señorita Betty.)

Las avanzadas computadoras con la ultima versión de Windows (la ultima versión de hace 11 años), son las cosas mas desesperantes que me pude encontrar, lentas cual tortuga lesionada, viejas como la primera primavera de Orozco (bueno… tal vez no tan viejas), y tan enviruladas como las/os putas/os de San Juan (nunca me eh quedado lo suficiente como para comprobar de que sexo son :S). Las únicas decentemente útiles son las que usa el chico Peter Parker y José

Y los restiradores… bueno, esa es otra triste historia, pero lo que en verdad me saca canas verdes por el trasero es tener que dejar mi mochila en paquetería. Vamos, tienes que sacar todo lo que necesitas: calculadora, cuaderno, lápiz, borrador, tarrito para la baba (Alma), fichas de tareas, carpetas, lap, Etc. Etc. Para que al final de cuentas solo entregues tu roída y apestosa mochila vacía al compa ese de la paquetería, y con soberbias suertes maniobristas logres tomar la ficha sin que tires nada de lo que traes encima, que aventura…

Hasta pronto.